Naitria Peralta Montoya, Creadora de contenido sobre evangélicos y coyuntura en redes sociales.

El vínculo entre La Libertad Avanza y sectores evangelistas no es nuevo, pero se volvió más visible durante la campaña presidencial de 2023. Pastores ocuparon lugares en las listas, y templos se convirtieron en espacios de actos políticos. Aunque no fue un apoyo unánime, muchos creyentes encontraron en Javier Milei a un líder afín a sus valores morales: defensa de la “vida”, oposición al aborto y rechazo a la educación sexual integral. Después del triunfo electoral, la relación se fortaleció. La diputada libertaria María Celeste Ponce se convirtió en una de las figuras más visibles de esta alianza. En junio de 2025, compartió imágenes de su bautismo en el río Jordán, con una frase que generó impacto: “No soy más esclava del miedo”. El gesto, además de religioso, fue político: Ponce fue parte del armado libertario desde el inicio y su exposición refuerza el mensaje de Milei hacia ese electorado. Sin embargo, desde dentro del mundo evangélico surgieron críticas. A fines de 2023, distintos grupos del credo emitieron comunicados cuestionando el uso partidario de la religión. Algunas iglesias advirtieron que el voto evangélico no es un bloque homogéneo y que las posturas políticas entre creyentes son diversas. Aun así, el oficialismo logró consolidar un núcleo fiel de apoyo evangélico que actúa como respaldo simbólico y territorial. La estrategia del presidente y su espacio fue clara: sumar a “las fuerzas del cielo”, como llamaban en campaña a este sector, para disputar el voto popular desde un discurso moralizador. En barrios del conurbano y zonas vulnerables, donde las iglesias cumplen un rol social clave, los pastores libertarios supieron canalizar el malestar con la política tradicional. Con Milei en el poder, esa alianza espiritual y partidaria se mantiene activa y busca crecer. Leer más

El vínculo entre La Libertad Avanza y sectores evangelistas no es nuevo, pero se volvió más visible durante la campaña presidencial de 2023. Pastores ocuparon lugares en las listas, y templos se convirtieron en espacios de actos políticos. Aunque no fue un apoyo unánime, muchos creyentes encontraron en Javier Milei a un líder afín a sus valores morales: defensa de la “vida”, oposición al aborto y rechazo a la educación sexual integral. Después del triunfo electoral, la relación se fortaleció. La diputada libertaria María Celeste Ponce se convirtió en una de las figuras más visibles de esta alianza. En junio de 2025, compartió imágenes de su bautismo en el río Jordán, con una frase que generó impacto: “No soy más esclava del miedo”. El gesto, además de religioso, fue político: Ponce fue parte del armado libertario desde el inicio y su exposición refuerza el mensaje de Milei hacia ese electorado. Sin embargo, desde dentro del mundo evangélico surgieron críticas. A fines de 2023, distintos grupos del credo emitieron comunicados cuestionando el uso partidario de la religión. Algunas iglesias advirtieron que el voto evangélico no es un bloque homogéneo y que las posturas políticas entre creyentes son diversas. Aun así, el oficialismo logró consolidar un núcleo fiel de apoyo evangélico que actúa como respaldo simbólico y territorial. La estrategia del presidente y su espacio fue clara: sumar a “las fuerzas del cielo”, como llamaban en campaña a este sector, para disputar el voto popular desde un discurso moralizador. En barrios del conurbano y zonas vulnerables, donde las iglesias cumplen un rol social clave, los pastores libertarios supieron canalizar el malestar con la política tradicional. Con Milei en el poder, esa alianza espiritual y partidaria se mantiene activa y busca crecer. Leer menos